La economía papal


Jorge Mario Bergoglio ha vuelto a abochornar a buena parte de los fieles de la Iglesia Católica con unas declaraciones tan insensatas como reveladoras de una tremenda ignorancia o de una maldad estremecedora.

De nuevo exhibiéndose más como agitador político de la casta populista que como guía espiritual de la más importante confesión del planeta, Bergoglio ha dicho que Iberoamérica está sufriendo «un fuerte embate» del liberalismo económico, «esta economía que mata» y que genera sistemas que «no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias».

El Pontífice comete dos errores, desde mi punto de vista:

El primero, olvida las enseñanzas de Jesús: «Dad al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» y «mi reino no es de este mundo». Desde luego que el reino de D. Jorge Mario parece más terrenal que divino y más político que religioso, cuando defiende una forma concreta de política económica con tintes intervencionistas. Eso, además de demostrar cierta ignorancia histórica, pues los países con tales modelos, fracasaron estrepitosamente, como ejemplos próximos, Grecia, Venezuela o Cuba, no deberían ser modelos a seguir ni para cristianos practicantes ni para agnósticos o budistas.

El segundo es referente a las muertes que, según el Papa, ocasiona la economía de mercado o el liberalismo económico. Uno tiene la sensación de que precisamente en países como Venezuela, debido a su economía, se producen muertes, violentas por un lado y derivadas de la escasez de medios sanitarios, y sociales por otro. No creo que Alemania, Francia o el Reino Unido sean comparables con el nirvana que desea para sus congéneres el pontífice, que se dirige al pueblo de Dios desde la atalaya del Vaticano, estado que, precisamente, no se caracteriza ni por su transparencia ni por un talante progresista. Tampoco está de más recordar al Papa Francisco que las revoluciones comunistas, esas que defienden una economía centralizada, están edificadas sobre unos sesenta millones de muertos, la mayor purga política de la historia, de la que fueron responsables un líder soviético y otro chino, en tiempos relativamente recientes, y de quienes no me quiero acordar. Tal vez, el Papa, en su infinita misericordia, pretende que todos conozcamos a Dios un poco antes de tiempo.

1 Respuesta to “La economía papal”


  1. 1 J. L. Del Valle 29,enero,2017 a las 9:24 pm

    Tengo la impresión de que en esta ocasión La Paloma no estuvo muy acertada. Que le pregunten a los cubanos que opinan de la planificación económica estatal.


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