Archivo de septiembre 2010

La Alianza de Civilizaciones

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Las palabras son bonitas, pero huecas, decir alianza de civilizaciones suena grandilocuente, pero no es más que el ampuloso envoltorio de una oquedad tanto en sus principios ideológicos, como prácticos. Mire vd., Sr. Zapatero; para entenderse con el vecino,  son suficientes las normas establecidas por el derecho Internacional y los acuerdos bilaterales; para convivir con quienes lapidan a las mujeres y se autocalifican como repúblicas islámicas, hace falta algo más que buenas intenciones y palabras dulces. España es un estado laico en el que resulta mucho más barato criticar al mayoritario catolicismo que a la minoría musulmana, pero donde se pueden construir mezquitas, adorar a Buda o pertenecer a la iglesia adventista del séptimo día, tanto da; en Libia las cosas son sustancialmente diferentes, pero le hacemos la pelota al dictador porque consumimos mucho gas, y Gadaffi es el que controla el grifo, así es la cosa. Mayoritariamente el partido en el gobierno se solidariza más con la causa palestina que con la judía, por eso de seguir llevándose bien con Obama, pero le vendemos las armas a Israel, que paga mejor, haciendo otra suerte de hipocresía política, o por lo menos, de principios. Visitamos Cuba, la cuna de la revolución, donde la democracia consiste en no haber pluralidad de partidos en los últimos cincuenta años, y nos abrazamos con Fidel, que es amigo de Chávez, el gorila venezolano, que cuando puede nos clava en la espalda el puñal de alguna nacionalización por decreto. La cadena pública, que perdió lo mejor de su programación al retirar los anuncios, censura las imágenes más escabrosas de las dictaduras islámicas, seguramente para no escandalizar a Aído, que anda muy ocupada comparando a los maltratadores con terroristas islámicos porque su jefe no le ha contado que somos todos iguales y muy buenos, pronunciando su cansino y manido discurso bajo una pancarta azul que parece más bien recordar a los populares. Por cierto, el “speech” zapateril nos ha costado a los españoles, tres millones de euros, mientras numerosas familias ya no perciben ni el subsidio por desempleo; así es la cosa.

De Soraya y los candidatos

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Soraya Sáenz de Santamaría es mucho más guapa que de la Vega, o Vogue para algunos maledicentes, pero no convence a nadie; la escuché el otro día en el Congreso, mientras hacía pausas más propias de Zapatero que de la oposición, y eso no es bueno, porque en caso de ganar las elecciones, podría llegar a ser totalmente muda. Peor es la trifulca que montan entre Oviedo y Madrid por la cosa del candidato; a Cascos, que ya vendió la lonja de pescado entera, le da igual o lo mismo, pero gusta de usar guadañas de corte afilado y las cabezas de algunos dirigentes populares tiemblan de pensar en el asturiano reconvertido a marchante. Deberían de recordar los partidarios de D. Francisco, que fue responsable de perder una presidencia ganada a pulso y con un Sergio Marqués que supo estar en su sitio, aunque después marchase con las URAS en esa suerte de esperpento político festivo. Soraya, que es la voz de su amo, defiende a Cascos y Pilar tiene medio preparada la maleta de los viajes urgentes, por si acaso; es cierto que el exministro goza de popularidad, pero también es verdad que representa un pasado del que debe huir la formación política para no recordar tiempos pretéritos en los que las gestiones de algunos asuntos terminaron por ser un desastre. Soraya debería de estar calladita, que así es más guapa, como le dijo Aguirre a Gallardón en un ataque de sinceridad, y dejar manifestarse más libremente su personalidad, porque está afectada por la del gallego, que nunca sabremos si sube o baja. Mientras tanto, un partido con opciones de gobierno, hace lo posible por perder unas elecciones en Asturias que deberían de resultarle pan comido con la ausencia de Tini y Pacita; es difícil que el PSOE gane de nuevo, pero con esta oposición lo verdaderamente imposible, es perder unas elecciones.

El precio de Urkullu

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El Sr. Urkullu, en el día del partido, afirmó sin dejar duda alguna, que su participación con socialistas o populares tiene un precio y que él está dispuesto a cobrarlo; eufemismo de reconocer que es capaz de vender los votos en Madrid de su partido al mejor postor. Viva la ideología. Respeto a los ciudadanos que nos han votado. Ejercicio de ética política.

El Sr. Urkullu, utilizando la expresión americana “oliendo queso”, levanta ufano la nariz porque su apoyo es básico, en unas ocasiones para el PSOE y en otras para el PP y de esta tacada, se lleva cuatrocientos setenta millones de euros, que pagaremos todos los españoles para disfrutar de Zapatero unos cuantos meses más. Ese modo de olfatear alrededor suyo, se lo permite una matemática parlamentaria que no se utiliza ni en Holanda, el país que la inventó, pero que en esta España cañí permite, además de extraños compañeros de cama, sustanciosos acuerdos entre las formaciones que, probablemente, no sólo beneficien al país. Ni Zapatero ni Rajoy se mostraron dispuestos a terminar con la dictadura de las minorías que se apoya en la Ley D’Hont, y sospecho que la razón de no haberlo llevado a cabo, es bastante más profunda que cualquiera de las servidumbres contraídas con estas formaciones. Cada día se parece más la política a una cloaca, y como me confesó en una ocasión un buen amigo: Si no te gusta la casquería, no te dediques a carnicero.

Huelga

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Los actores de la “zeja” no saben lo que supone estar un mes sin dinero, pasar necesidades, verse obligado a pedir al vecino o a la madre, los actores conceden entrevistas y, como es el caso de Pilar Bardem, llaman democráticamente hijos de puta a los periodistas que representan líneas editoriales diferentes a su ideología, porque de eso es de lo que trata la democracia y la libertad, mire usted. Los actores de la “zeja” nos salen ahora con que la huelga es necesaria, pero sin criticar a ningún partido porque Zapatero es intocable y no atraviesa su mejor momento; a ellos no les supone esfuerzo pasar un día sin cobrar, pero a los funcionarios que han visto mermado su sueldo, tal vez sí, y para ello apoyan a quienes envían piquetes “informativos” ayudando a respetar el derecho a la libertad de decidir si se trabaja o no. Este grupo de progresistas representa a la cultura con mayúsculas y ahí está Almudena Grandes, que anduvo algo apurada de tiempo porque tuvo que darle clases de ortografía a su marido, que publica en El País, de PRISA y por méritos propios, haciendo migas con Juan José Millás y al lado de los sindicalistas, que se mantienen en un prudente silencio. El miércoles secundaremos la huelga para no ver reventadas las lunas de los automóviles, o los escaparates, se gritará y abucheará a los funcionarios que pretendan acudir a su puesto de trabajo, en el ejercicio de libertad propio de los progresistas: La dictadura del miedo.

Ninguneando a Patxi López

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Afirma Basagoiti, pepero él, que apoya a Patxi López, vasco donde los haya, mucho más que José Luis el del talante, y es que, como quiera que el progresismo bien entendido empieza por uno mismo, asegurar la Moncloa durante un año, cuesta varios cientos de millones de euros que pagaremos los españoles con una subida de impuestos progresista, y ningunear al bueno del lehendakari que se debió quedar con la cara a cuadros, o haciendo el Furby, que dicen los más jóvenes.

La catadura moral de nuestra clase dirigente suele resultar más bien escasa y uno solo se siente tranquilo cuando pasa desapercibido mientras unos servidores públicos mueven el sillón a otros y se desocupan del pueblo ese al que teóricamente sirven y del que se suelen acordar para subirle los impuestos, que la buena vida ha sido siempre cara. Basagoiti es pepero y llegó por sostener al bueno de Patxi, al que no le salieron las cuentas en directo para desalojar a los peneuvistas de Ajuria Enea, que formaba parte de su patrimonio; Basagoiti llegó como López, como Montilla, por esas extrañezas de la matemática parlamentaria, las mismas que permiten a kamikazes de la política alquilar a precios desorbitados sus votos para que se aprueben unos presupuestos. Los vascos han sido más prudentes que Zapatero y se callaron la boca después de cobrar el derecho de pernada a José Luis el del talante, quien se dedicó a decir que una cosa y su contraria, tenían carácter igualmente progresista; a ellos les preocupa más la cuenta de resultados y se marcharon con cuatrocientos y pico millones y un desprecio al lehendakari por su propio jefe de filas, y es que cuando lo que está en juego es el propio puesto de trabajo, no se conocen amigos. Ni de lejos.

Zapatero el progresista

El último pensamiento de Zapatero, emitido por su propia voz, no tiene desperdicio: «Da lo mismo subir o bajar impuestos, y lo mismo es progresista una cosa que la contraria». Todavía, tres horas después de haberlo leído, no he conseguido reponerme. Estoy de acuerdo con el segundo tramo de la oración: «Es lo mismo de progresista una cosa que la contraria». Nadie sabe en qué consiste el progresismo de los socialistas, y por ello el pensamiento encaja perfectamente en la oquedad del mensaje. Ser progresista es lo mismo, intelectual e ideológicamente, que ser un ornitorrinco. Pero la idea sustancial de la frase no puede dejarse pasar por alto. «Da lo mismo subir o bajar impuestos». Eso no. El cinismo no puede ser tan cutre, porque deja de serlo para convertirse en una chulería de barra de bar en León.

Alfonso Ussía

El espíritu de esta administración queda perfectamente reflejado en la frase lapidaria de nuestro ínclito Zapatero, cuando afirma que es igualmente progresista algo que su contrario. Pese a la crítica del Sr. Ussía, lo malo es que ha dicho la verdad. Ser progresista no es tener una idea, sino disfrutar una condición, algo así como el glamour, pero en política, o sea. Zapatero es progresista, solidario, defensor del mundo de la cultura con la inestimable ayuda de la Sra. Bardem, y todo lo que se aparte del ideario considerado políticamente correcto, forma automáticamente parte de la derecha rancia y casposa que representa la herencia del franquismo. Zapatero no defiende su ideología, sino que denosta sistemáticamente a sus adversarios, y en el más puro estilo de los excéntricos modistos, crea tendencia con sus actos o sus palabras, que adquieren la condición de progresista por el mero hecho de haber salido de sus labios. Así que cuando afirma que resulta igual bajar impuestos que subirlos, no hace sino reconocer su condición de rey Midas que convierte en políticamente correcto todo lo que toca; la reforma laboral, negociar con ETA y mentir, inyectar miles de millones a la banca, abaratar el despido y reducir las pensiones y sueldos de funcionarios, son medidas típicamente socialistas no ya por su contenido, sino por haber surgido del particular universo zapateril.

Decía Ussía en una parte del artículo no reproducida, que la bajada de impuestos supondría una demostración palpable de haber gestionado con acierto el dinero público, que para una ministra del partido, no es de nadie; y no le falta razón. La alegría con la que José Luis, el leonés errante, compró votos a los jóvenes y a los parados, ofertando dinero por los nacimientos y alargando el paro, la pagamos todos y especialmente las rentas medias, que son la mayoría. Lógico es que los desafortunados no paguen, pero también agradaría a mucha gente, ver que los poderosos han de someterse al fisco, pero no es así. Quien gane ciento veinte mil euros al año debería liquidar casi la mitad a la Hacienda Pública para que ZP y Blanco sigan dilapidando con la alegría de la impunidad y mientras los verdaderamente ricos siguen haciendo de esta vieja piel de toro su particular paraíso fiscal. Ahí sí que fue inteligente Zapatero convirtiéndose en el primer progresista que defendió más a los privilegiados.

La Casa Blanca en español

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A la Casa Blanca le da igual el idioma y enarbola la bandera de la tolerancia, por eso publica su página web en inglés y en español, la segunda lengua estadounidense, reconocida de facto por las administraciones de diferentes signos; en la Casa Blanca se defiende la riqueza cultural de los dos idiomas y actualmente nuestra lengua ocupa el lugar al que la han aupado los millones de hispanoparlantes que un país como Estados Unidos es capaz de integrar. Sin embargo, en Cataluña se multa por rotular exclusivamente en castellano, haciendo un ejercicio de demagogia propio de tiempos pretéritos; frente a la Casa Blanca puede vd. rotular en inglés, en español o en árabe, puede abrir un restaurante italiano o hindú y puede no entender lo que le dicen sus clientes si no domina alguna de las lenguas mayoritariamente habladas en el país, pero nadie le sanciona porque existe un profundo respeto a la libertad. En España, en Cataluña, existe una interpretación peculiar de este vocablo, determinada por lo que se entiende como políticamente correcto por la administración progresista, esto es, una suerte de pensamiento único al más puro estilo de Huxley, pero sin ciencia ficción. En Cataluña está vd. obligado a hablar catalán, escribir en catalán y rebuznar en catalán, si ello fuese posible, porque es preciso defender la lengua y el hecho diferencial porque, eso sí, algunos catalanes son muy diferentes. Estados Unidos integra y el gobierno de Montilla aísla cuatro provincias, las reconvierte en no se cuantas “veguerías” y pretende pasar a la historia por haber creado su Kosovo particular; después las diferencias entre los Balcanes y América del Norte, salta a la vista, aunque como es obvio, D. José, el de Iznájar utiliza anteojos y le distorsionan profundamente la percepción de la realidad. Lo que no sabía es que, además, precisa audífonos.

Las fiestas y las fotos

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Tiene costumbre D. José Luis de acusar al prójimo de sus propios defectos, algo que demostró ante un micrófono que creía cerrado cuando hablaba con Gabilondo, y que parece repetir ahora en una Cataluña a la que teme, después de conjurarse democráticamente para sortear la sentencia del Constitucional por la vía política. Eso sería una indignidad, además de una forma poco soterrada de saltarse a la torera el Estado de Derecho, algo que le preocupa poco al leonés errante, más interesado en conservar vivienda en la Moncloa, mientras tanto el de Iznájar llega a hablar español con acento catalán, imitando al Aznar de los mejores tiempos tejanos. Después Montilla le vende los votos a ZP, aclarando siempre que su formación es diferente al PSOE, porque así nunca logrará vencer al Sr. Mas, que es simpático, además de más guapo. Dijo Zapatero de D. José, que era un gran gestor, lo de gran persona le queda lejos, por lo menos en lo físico y a Artur le queda mucho mejor el traje de Armani que al andaluz reconvertido a no se sabe bien qué.

La diada queda muy cerca de esta fiesta floral, de modo que los políticos se pasan la vida entre saraos y fotos de las que puede quedarse uno fuera a nada que se mueva, y eso es muy malo para el futuro, por lo menos, para el laboral, que es el que cuenta. Carme Chacón estaba muy sonriente con su jefe de filas y Trini se afana en unas primarias curiosas, porque es la única Comunidad que las celebra, o sea que la cosa democrática queda, en todas las formaciones, para la galería, como si tal cosa. Vivimos en una partitocracia regulada por las rotaciones de los cargos políticos, cuando ya casi todos nos olvidamos de que Maleni gana más en ese banco europeo que el presidente del gobierno, y eso que no ha de renunciar al paro de ministro, que la cosa bien entendida empieza por uno mismo. Después de la fiesta de la rosa vendrán las elecciones, que suponen movilizar a unos cuantos de sus respectivos sillones, pero para terminar en otros más o menos parecidos, mientras los de a pie pagamos los impuestos y asistimos al teatro que representan nuestros líderes políticos mientras viven de todos nosotros.

Sidrería Carril (dedicado a una lectora habitual)

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La calle Coliseo, en la fotografía, no hace honor a su nombre, ni de lejos; la sidrería Carril, situada detrás de las vías, tampoco es lo que se espera, junto al frontón y el campo de fútbol; desde el silencio de la tarde se entra en el bullicio del bar, que suele tener la barra llena de gente.

-¿Vais a cenar?.

-Si hay…

Conocí el establecimiento por recomendación de otro lector habitual del espacio, y uno, que rige su destino por impulsos gástricos, no tardó en acudir al emplazamiento, disfrutando un sábado, en una esquina, un excelente salmonete a la plancha.

-El besugo es solo para dos.

-Vaya hombre.

Regresé en numerosas ocasiones y siempre comí un excelente pescado a la espalda, fresco y a un precio razonable, que los tiempos tampoco están para otra cosa. El recuerdo de pasear en Octubre, debajo de las vías, lo tengo presente como prólogo de una excelente cena que dio mucho más de sí. Aún a día de hoy vivo el paseo bajo la vía y el rey a la espalda, casi como si hubiese sido ayer, cuando Julio también recordó que no pasaba nadie por la calle.

Elisabeth Toaza (asesinada en Oviedo hace una semana)

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A Elisabeth Toaza se le quemó la vida en un instante, pero mucho antes de aparecer degollada en el colchón de su vivienda por un antiguo novio al que había denunciado; a Eli, como la llamaban sus amigos, se le había caído por la borda cuando tuvo su primera hija a los quince años, allá por Ecuador y buscando prosperar, encontró la muerte en Comandante Vallespín. Ni todos los ecuatorianos son iguales, ni los asturianos o los leoneses, nadie; pero sí es verdad que la maternidad precoz, la pobreza, la ausencia de medios materiales y la falta de cultura, es caldo de cultivo para la violencia, que hará germinar a la desgracia. A Eli Toaza se le borraron de un navajazo las esperanzas de volver a ver a su hija ecuatoriana, o de buscar un futuro más digno lejos de sus raíces, y se le borraron porque un desalmado de su misma edad le rebanó el cuello porque sí, para confesar después con toda tranquilidad lo sucedido, como si la vida careciese de valor alguno y la testosterona justificase un machismo trasnochado y vergonzante. Eli no volverá porque consentimos la pobreza en países cuyos ciudadanos viven con un euro al día para poder vestir las prendas de Zara, porque alimentamos el turismo sexual, porque compramos discos piratas, programas piratas y ordenadores piratas; Elisabeth Toaza no volverá nunca a comprar ningún disco, falsificado o no, y tampoco conseguirá nunca purgar la culpa de haber nacido en el sitio equivocado. Descanse en paz.

NOTA: La fotografía se corresponde con una playa al sur de Aveiro, está disparada un domingo por la mañana, hace cinco años, después de una tormenta.