Hace unos seis años, Dª Maruja Torres afirmaba en El País que unos ocho millones de hijos de puta habían votado al Partido Popular. Forma curiosa de entender la democracia desde el progresismo que caracteriza a esta mujer, intelectual y comprometida. Supongo que la Sra. Torres ha depositado su confianza en Alfredo pe punto, lo mismo que casi otros ocho millones de votantes; la diferencia estriba en que uno, desde este espacio, respeta profundamente su elección, tan válida como haber votado a Izquierda Unida o a Amaiur, gracias a la incomprensible tolerancia de un Tribunal Constitucional que toma decisiones más políticas que jurídicas. El problema estriba en que el respeto no es mutuo: Los cejeros pueden calificar de hijos de puta a los votantes populares, pero Dios nos libre de que algo parecido suceda al revés. Afortunadamente no suele pasar, pese a las lindezas dialécticas que se dedican a los populares por parte de conocidos personajes progresistas, como Cristina Almeida, dispuesta a quemar los libros de César Vidal, por ejemplo. El respeto, el respeto mutuo, se entiende, es básico para la convivencia pacífica y el adecuado progreso de la sociedad en la que vivimos, donde resulta imprescindible la alternancia en el poder. Hoy los populares disfrutan de una mayoría absoluta que en unos años, pasará a ser socialista. Y nadie puede ser calificado de hijo de puta por votar a uno u otro partido. Además de ser irrespetuoso, es una notable falta de educación.
Las dos caras de la verdad 
Hola de nuevo.
Aunque sigo este espacio con asiduidad, no respondo a las entradas del mismo modo, por diversas causas. Pero cuando una entrada tiene cierto reflejo en mi vida cotidiana o toca las fibras sensibles de este alma un poco gastado, no puedo menos que responder, bien con mis experiencias, bien con mis sensaciones; en el caso que nos ocupa, expongo la experiencia vivida en mi puesto de trabajo el pasado día 21 (en todos los lugares se hace algún comentario tras observar los resultados de unas elecciones generales), pues bien, en tal fecha, una compañera de ideología liberal socialista , como todo comentario al resultado electoral dijo: «España está llena de ignorantes». Comentario, lanzado el aire, sin pregunta o provocación alguna por parte del resto de compañeros de trabajo.
Nada que ver con aquel no tan lejano 10 de Marzo de 2008, en el que sus voces eufóricas, su algarabía, llenó las estancias de la oficina hasta bien entrada la tarde, en el que pese a compartir espacio con personas de diferente signo político, ni, por su parte, se contuvo la alegría, ni por parte de esas otra personas se faltará a los españoles que habían dado su voto al partido ganador en aquella ocasión. El pasado lunes, no se sintió voz más alta que otra. no se oyó crítica alguna a los votantes del PSOE, los comentarios hechos por los votantes del P.P., lo fueron entre ellos, en tono discreto, para no molestar a los respetables votantes del PSOE. , llegarán otras elecciones , en las que gane el PSOE, y solo pido a sus votantes el mismo respeto mostrado hacia ellos el día 21, lástima que sólo usen su memoria históricamente para sacar polvorientos esqueletos enterrados hace 70 años .
Desde este espacio, doy las gracias a todos los que dedicaron un ratito de su domingo a manifestar su opción política, pues de eso se trata la democracia:
Un saludo para todos los lectores de este blog, con independencia de su ideología. Aquí cabemos, y en este país, cabemos todos. vivámoslo en armonía.
Olé.