La sonrisa

La fotografía de la entrada de hoy, recoge el reducido número de consejeros de Bankia, que costará al erario público unos veinte mil millones de euros, o lo que es lo mismo, unos cuatrocientos cincuenta y cuatro euros por español, incluidos bebés y ancianos, claro. Esa es la cuantía que se está retirando a los parados de larga duración, porque el país no tiene dinero para tal dispendio, pero sí para financiar a los sonrientes vaqueros que, imagino lucen una mirada tan risueña, calculando los emolumentos que percibirán por acudir a los consejos de administración de la entidad y que supondrán pedir la minucia de los miles de millones de euros que decíamos antes. Decíamos antes que el Sr. Gorigolzarri, por ciertas diferencias con D. Francisco Rodríguez, salió del BBVA ingresando en su cuenta corriente sesenta y tres millones de euros, algo así como si todos y cada uno de los ciudadanos de este país, le hubiese metido en el bolsillo algo más de un euro y medio, que es bastante menos de lo que pidió nuestra Lola de España para cubrir su fraude con Hacienda, hace ya bastantes años. Ahora, esta mente preclara de la economía, es rescatada por Bankia, para explicar al gobierno el porqué de tamaño agujero, y posteriormente, en un plazo más o menos breve de tiempo, abandonar la entidad reflotada con nuestros impuestos, llevándose de nuevo una sustanciosa suma a su cuenta particular. No me extraña la sonrisa de la fotografía. La de ninguno de ellos. Lo único malo de la misma es que para muchos españoles que no llegan a fin de mes, que no perciben ni paro ni ayudas sociales, que reclaman alimentos en Cáritas, les puede parecer una auténtica tomadura de pelo.

Huelga de estudiantes

No tiene mucho sentido una huelga estudiantil, y menos universitaria. Recuerdo, en mis tiempos más jóvenes, como se limitaba a dejar pasar el tiempo sin hacer nada mientras el catedrático de turno corría la materia que entendía oportuna, habitualmente bastante superior a la que hubiese podido explicar. En una asamblea de facultad propuse un encierro que incluyese al Sr. Decano, lo que nos hubiese hecho salir en la prensa sin ejercer violencia alguna y extender el conocimiento de nuestras justas reivindicaciones más allá de los estrechos márgenes de la universidad. Por supuesto la moción fue rechazada, estuvimos ocho días de vacaciones, corrió la materia que no estaba en los tratados y solo unos pocos conseguimos aprobar el curso en Junio. Desde luego que existen situaciones en las que el alumnado debe manifestar su malestar o desacuerdo con decisiones injustas o arbitrarias, pero la huelga no tiene sentido. No es una fábrica que deje de producir. Los primeros perjudicados son los propios alumnos en su formación, y nadie puede querer tener conocimientos defectuosos sobre lo que va a ser su profesión. Las manifestaciones, los encierros, las sentadas en la vía pública, son medios que permiten dar a conocer los problemas y presionar sobre las autoridades educativas para que modifiquen su criterio, mientras la simple huelga no deja de ser unas vacaciones para el profesorado mucho más que para los sufridos estudiantes.

La Sacristía

Es un reconocido local de Gijón regentado por quien lleva muchos años en la hostelería y ha trabajado en otros locales de Gijón, muchos de los cuales disfrutaron el éxito largo tiempo; uno, que va teniendo años, recuerda especialmente el jamón y el vino de aquel pequeño figón que con el tiempo dejó un poco, de ser lo que era. En la fotografía de la entrada, tomada de Google, no está colocado el banco que tuvo su razón de ser para habilitar cierto espacio que permitiese cumplir la ley antitabaco. La pizarra se vio desplazada hacia la puerta y un banco corrido con ceniceros cubría las necesidades de los fumadores a la vez que permitía no permanecer de pie mientras se consumía un cigarrillo. Pues bien, pasando por delante del local el otro día, anunciaba que se le había impuesto una sanción de seiscientos euros y consecuentemente, prohibido fumar en el banco en cuestión. Después de sufrir una de las leyes más restrictivas de Europa, que hizo un daño irreparable a la hostelería en este país unida a la crisis que asola occidente, la autoridad competente, la que sea, aplica la normativa al límite de sus exigencias, dañando innecesariamente los intereses de un pequeño negocio. No tengo noticia de que se multe a los fumadores por no utilizar las papeleras específicamente destinadas a este efecto, para el depósito de las colillas, ni se mira con lupa la legalidad de ciertas terrazas encaminadas a facilitar el consumo de tabaco, pero sí, al parecer, se ha sancionado a un hostelero tradicional de Gijón por permitir el consumo de cigarrillos en un banco colocado en la calle. Bueno, no en la calle, porque en tal caso la autoridad municipal hubiese impedido su uso por situarse en la acera a menos de setenta y cinco centímetros de la fachada y también hubiera exigido el pago del impuesto correspondiente; por eso, porque el banco estaba fuera del local, pero no en la calle, se sancionó a un profesional que cumplía más que sobradamente con la normativa para la defensa de los derechos de los no fumadores y se hizo un daño irreparable a la escasa libertad de los apestados consumidores de tabaco en particular y a la hostelería en general. Una vergüenza.

Arta Dobroshi

Y es que hay actrices, también de nombre imposible, que merecen ver reproducida su imagen tres veces, o tres mil, que tanto da. La muchacha emula a Marilyn en otro tiempo aireando la falda y demostrando que la braga de cuello vuelto está pasada de moda, y sumiendo al personal en la razonable duda de si lleva un tanguita, aunque no fuese de serpiente, como el del genial Sabina. Sí merecen la pena las fotografías porque aportan frescura al glamour encorsetado de Hollywwod en una Europa que también sabe hacer bien las cosas, aunque sean los franceses, que siguen ocupando uno de los países más hermosos del mundo. La actriz es serbia y le sienta bien el clima del Mediterráneo próximo, casi tanto como el moreno natural, distante de la rubia platino a la que imitó; a nosotros nos gusta verla en las fotografías, en el papel couché, en la película, con esa sonrisa contagiosa de actriz joven y carismática.

Eurovisión

La Soler, que tiene nombre de otra gran artista, argentina en este caso, Pastora Imperio, cantó ayer bajo los focos, sola en el escenario, con una voz impecable defendiendo ese tema que nunca me convenció ni por la melodía ni por la letra, pero aún así, consiguió aupar a nuestro país a esa décima posición que no conocía desde hace ocho años: Estar entre los diez primeros. No vi el concurso, pero despachándose uno después entre los medios de información, encontré el tema serbio, que terminó por delante nuestro, y me agradó el aire “folk” de una canción poco festivalera. No sería una mala idea que cada país aportase temas más o menos próximos a su tradición, en vez de permitir artistas profesionales pagados para una representación que tiene cada vez menos sentido. Durante la dictadura, era un evento que no se perdía casi nadie, mucha gente agolpada frente al televisor de las cafeterías porque no todas las familias disponían de él. A día de hoy me sorprende que Cataluña o Euskadi no pretendan disponer de representación propia en el festival; parece que tiene menos tirón reivindicar música que fútbol y el análisis de los políticos sobre sus propias palabras, se prevé en impactos, del mismo modo que los medios audiovisuales valoran el precio de la publicidad. Parece ser que no interesa defender la participación de las comunidades autónomas con embajadas en Nueva York, en una festival algo hortera y muy trasnochado, por cuanto la comunicación en directo de voz e imagen entre países del viejo continente no encierra la dificultad que registraba en los años sesenta. Aún así, me sorprendió. Podría el Sr. Mas haber enviado a la sobrina de Carod Rovira que compuso, con una generosa subvención de la Generalidad en tiempos del Tripartito, una canción cuya letra más o menos, dice así: «Por las curvas del Garraf/ya no pasa el Rey de España,/  porque están los segadores/ Con barretina y guadañas». Seguro que hubiese desbancado a Suecia.

Native Intimates

La empresa decidió renunciar al trabajo de esta atractiva señorita porque, al parecer, entretenía demasiado al personal por las pronunciadas curvas que le regaló la madre naturaleza. Un simple despido, en una tienda de lencería neoyorquina, da la vuelta al mundo por los motivos del mismo, reivindicándose desde diferentes sectores esas cosas de la igualdad, de la discriminación positiva (todavía no entiendo como puede ser positiva una discriminación) o la no utilización de la mujer como objeto. En fin, son los mismos que aplauden a Jaclyn Swedberg, chica de nombre imposible y Playboy del año. Se conoce que las fotografías de la revista para hombres, son más artísticas, o que su publicación, ligeras de ropa, no representa en modo alguno, tratar a la mujer como un objeto más o menos decorativo. A mi, personalmente, la anatomía de la tal Lauren no me inspira especialmente, pero los americanos son de otra pasta, y tienen más fijación con las lolas, las domingas o como quiera que se les llame, y pese a la exuberancia, la ven atractiva. El otro día, que publicamos una fotografía de la playmate anual, me sentí significativamente más emocionado, pero eso es otra cosa. No estoy de acuerdo con el motivo del despido, pero la gerencia de la empresa tiene derecho a buscar lo que considere mejor para su negocio y eso también constituye un ejercicio de libertad.

Plataforma Pro Selecciones Deportivas Catalanas

Durante muchos años, una de las organizaciones que defiende las selecciones autonómicas y que lleva varios días agitando a los aficionados para boicotear la final de la Copa del Rey, ha venido recibiendo subvenciones anuales para llevar a cabo sus actividades, es decir, desprestigiar a España y defender la independencia. Se trata de la Plataforma Pro Selecciones Deportivas Catalanas, organización presidida por Xavier Vinyals, condenada por emitir un anuncio «discriminatorio» en 2006 y que entre 2006 y 2010 recibió de la Generalitat de Cataluña más de 5,3 millones de euros. ¿Para qué? Básicamente, para su funcionamiento y las actividades que desarrollan, entre las que podrían citarse la adquisición de miles de silbatos y pancartas para boicotear la final de la Copa del Rey de 2009, que enfrentó también al F. C. Barcelona y al Athletic de Bilbao en Mestalla. Estas ayudas se han visto drásticamente reducidas estos dos últimos años, incluido el presente, como consecuencia de la crisis que atraviesa el país; sin embargo, siguen dedicándose partidas presupuestarias significativas a esta actividad separatista. Me pregunto que sucedería si se solicitase al gobierno catalán una colaboración similar con una plataforma contra el separatismo y por el cierre de las pseudoembajadas dispersas por el mundo y que le cuestan al contribuyente una buena suma de euros. ¿Sería subvencionado del mismo modo que los agitadores profesionales del partido?. Mucho me temo que no, que las ideas alejadas de lo establecido como políticamente correcto por el aldeanismo gobernante, no tienen cabida en esta suerte de totalitarismo independentista. El caso es que los euros de los contribuyentes, catalanes, charnegos, residentes en Valencia o en Murcia, al menos de alguna manera, se gastan en silbatos para politizar un encuentro de fútbol por disputar la llamada copa del Rey. Soy bastante mayor y recuerdo el tiempo en el que se jugaba la copa del Generalísimo Franco, y no guardo conciencia de que nadie silbase ni alterase en modo alguno el orden. ¿Dónde estaban los independentistas?. ¿Por qué no se politizó entonces el encuentro, momento en el que la festiva alegría hubiese sido propicia a cierto grado de tolerancia?. Mucho me temo que la solución propuesta de rascar el bolsillo al personal, sea la más adecuada para que la falta de respeto a la norma que tenemos todos, tenga al menos, un precio.

De fútbol, nacionalismos y Esperanza(II)

De todos modos, tiene razón en algo la presidenta de la Comunidad de Madrid, y es que determinados actos se tipifican en el Código Penal, y la tolerancia, por bien entendida que sea, no supone la permisividad para superar la ley cuando se nos antoje. Teniendo en cuenta el peculiar carácter nacional, nada como meter la mano en el bolsillo a los sufridos ciudadanos, para tornar cañas las lanzas y mermar la vehemencia de las ideas, si sostenerlas cuesta algo más que gratis. Ejemplares sanciones a quienes vayan más allá del marco permitido por las normas, es la solución a un problema que, por su propia naturaleza, no debería haber llegado a serlo.

Hace unos años, unos jóvenes gamberretes españoles, quemaron unas banderas, motivo por el que fueron inmediatamente encarcelados, siendo necesarias gestiones diplomáticas y la presión de los medios de comunicación, para poder regresar a su país evitando cumplir una pena ejemplar. Sus declaraciones a la llegada no pudieron ser más tristes: “No sabíamos que era tan grave”. O sea, en España quemar banderas y fotografías del Rey en las Ramblas a plena luz del día, es gratis total, por lo que más de uno piensa que puede hacer lo mismo más allá de esta piel de toro en la que todo vale, y resulta que no es así. Ahora, la autoridad competente tiene el remedio fácil a la provocación: Aplicar la ley. Sin más. Sin menos. Se sanciona a quienes sean merecedores de ello y se instrumentan las medidas necesarias para cobrar las multas. Verán ustedes como las ideas pierden fuelle antes que las carteras esos euros que tanto nos cuesta ganar.

De fútbol, nacionalismos y Esperanza (I)

Los políticos aldeanistas que defienden la independencia de sus comunidades o provincias, encontraron un filón inagotable en las reivindicaciones deportivas, como la encarnizada defensa de selecciones nacionales vasca o catalana. De lo que se trata, como señalamos tantas veces, no es de ser diferente, sino mejor; de atribuirse derechos de los que carezcan otros españoles o disfrutar prebendas que los diferencien. Atendiendo a sus pretensiones, el Barcelona habría de disputar una liga con el Granollers y el Lleida, y sus enfrentamientos con el Real Madrid, sería en partidos internacionales, porque lo que no se puede, es tocar las campanas e ir en la procesión. Asturias, o Castilla León, adquirirían así el mismo derecho de tener sus propios equipos y convertiríamos igualmente al Real Avilés contra la Cultural Leonesa, en un encuentro internacional. Este cúmulo de despropósitos, ocasiona incontables gastos, además de carecer de sentido, de sentido común quiero decir, porque sí lo tiene para los servidores públicos defensores de la causa local, más interesados en la pancarta “Catalonia is not Spain” que en los cinco millones de parados o en el capital que precisa la banca para sanearse.

Dª Esperanza no estuvo acertada con sus declaraciones sobre el encuentro entre el Barcelona y el Bilbao que tendrá lugar en Madrid, pero tampoco faltó a la verdad. Los insultos al himno o al Rey, están tipificados en el Código Penal, y no hay vuelta de hoja, salvo la de una excesiva tolerancia mal entendida y peor interpretada la mayoría de las veces. La final de la Copa del Rey es un evento deportivo, no político, y el equipo que no esté interesado en jugarla, puede retirarse de ella. Hacer campaña en el Vicente Calderón, está fuera de lugar.

El acantilado

Escribo esta entrada el domingo, antes de salir de trabajar, como casi todos las semanas. Recuperé la imagen, tomada hace varios años, una tarde como la de hoy, en una costa que no recuerdo. Me di cuenta de que también los recuerdos tienen el precio del abono que liquidamos bianualmente a nuestro proveedor de espacio en la red, que para eso está. De vez en cuando me gusta recordar la vertiginosa altura de aquel acantilado tan lejos y tan cerca, al alcance de una simple fotografía. Era menos viejo y otro tiempo, que no fue necesariamente mejor. A falta de otras ideas, queda para compartirla con todos ustedes.

PD.: La imagen está tomada en Agosto de 2.006 en Cabo Norte, Noruega