Archivo de 24 de enero de 2014

El paseíllo

Parece ser que ya no merecemos los gobernantes que tenemos, mientras se desintegra la estructura de poder de Montesquieu, con una fiscalía politica al servicio del gobierno, ejerciendo con descaro la defensa de la Infanta, que ya se procuró un excelente abogado al margen de la generosidad que demuestra la administración a Su Alteza. La monarquía es una institución con carácter de representatividad para nuestro país, desprovista de toda capacidad ejecutiva y al servicio del gobierno correspondiente; se centra en la figura del rey básicamente, debiendo necesariamente dejar aparte al resto de la dinastía, que por numerosa, no puede formar parte de ella. Personalmente me importa muy poco que haga el paseíllo o que entre por la puerta de atrás, pero me chocaría el diferente trato que recibe Dª Cristina, al de personajes públicos, políticos o empresarios, que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad del Estado, ante cámaras de televisión, donde se les vio esposados, innecesariamente desde mi punto de vista. La hija del rey solo debe acudir a prestar declaración, y merece el mismo trato y respeto que cualquier otro ciudadano, tanto para evitar los juicios paralelos como las prebendas y justificaciones injustificables desde círculos políticos. El juez Castro deberá hacer su trabajo con diligencia instruyendo la causa, y el tribunal que juzgue debe ser imparcial en un veredicto en el que solo cuente el peso de la ley y no sobre quien deba recaer.