Archivo de febrero 2012

Ninguno de los 25 detenidos era alumno del instituto de Valencia

Las movilizaciones que se producen estos días en Valencia, cuyo origen es una protesta de carácter estudiantil, han sido instrumentalizadas por movimientos antisistema y de extrema izquierda. De hecho, de las personas que fueron detenidas por la Policía durante los incidentes que se registraron el pasado lunes, ninguna pertenece al Instituto Lluis Vives, donde se han originado las mencionadas protestas. Del total de arrestados desde que se iniciaron los incidentes, 45, tan sólo tres son del referido centro.

Ello no fue óbice para que la maquinaria propagandística del progresismo militante, se pusiese en funcionamiento a vociferar contra las sedes del Partido Popular. Esta elevación del tono de voz es consustancial con la izquierda moderada: Lo hicieron contra Aznar la víspera de unas elecciones generales y lo hacen ahora contra una actuación policial promovida por un mando de las fuerzas de orden público designado precisamente, por Rubalcaba. Después se pregunta uno como es posible la protesta si de los lesionados, los más numerosos y graves son los propios policías y también, como y porqué, está cuajada de menores una manifestación de esta catadura. Parece tratarse de desestabilizar al gobierno en todos los frentes, desde la reforma laboral (que como indicamos ayer, aplican los mismos sindicatos que la protestan) hasta la supuesta sobreactuación policial contra unos manifestantes profesionales de los movimientos antisistema. Y eso que solo lleva dos meses, sin haber alcanzado los supuestos cien días de gracia; no quiero pensar como será el resto de la legislatura.

Adiós, Público

Se ha escrito mucho sobre el cierre del diario, al menos de su edición en papel, y de todo, bueno y malo, aunque en general, con bastante poco sentido común:

Otro día deberíamos reflexionar sobre cómo es posible que un proyecto como el de Público no encuentre acomodo en una sociedad como ésta, donde los progresistas son mayoría. Algo falla y no es sólo la crisis. Y si al final nos salvamos… tiren esta pieza a la basura. Así sea (Joan Garí)

La noticia acaban de publicarla varios medios, la ha ratificado el propio diario y dejará nuevamente huérfanos a quienes añorábamos como profesionales y lectores un periódico de izquierdas en España. Público estuvo más cerca de serlo que ningún otro rotativo en los últimos decenios, pero no ha conseguido llegar a cumplir un lustro de vida en los kioscos. Público cierra su edición impresa al no encontrar inversores que apoyaran el proyecto (Félix Población).

El Sr. Garí dice que “los progresistas son mayoría”, y no deja de ser una afirmación gratuita, además de partidista; encima, va en contra de los resultados arrojados por las urnas, que evidenciaron una mayoría conservadora, si se me permite la expresión. El Sr. Población se siente huérfano porque añorará un periódico de izquierdas en España”. ¡Ah!, pero, ¿no se trataba de prensa “independiente”?. Quedo sorprendido cuando se recoge explícitamente la ideología del diario, y me pregunto si El País es una publicación “de derechas”, sin contestarme, por supuesto.

Tal vez vivimos en un país que la gente ejerce de ideas progresistas en la barra del bar de la esquina, pero compra el Marca y discute con más calor de la alineación de Mou que sobre la reforma laboral, contra la que se manifiesta bastante antes de habérsela leído. El caso es que Público, tristemente, cierra porque la gente no compra este periódico. El País o El Mundo siguen su andadura sin otros problemas más allá de los habituales y porque los diferencia el hecho de que se venden. El nostálgico lamento de quien añora, en este momento, un periódico “de izquierdas”, es un atavismo. No quiero pensar que sucedería al revés, o sea, si alguien echase en falta una publicación “de derechas”.

Finalmente el comentario de D. Félix vuelve a poder interpretarse de doble forma: La causa de cierre del rotativo es que no se encontraron inversores; un modo de poder culpar al capital de lo sucedido. Insistimos: El motivo de este abrupto final es que la gente, el público, valga la redundancia, no compró el diario. Así las cosas, conservar la edición digital y terminar con la de papel, me parece acertado. No nos lamentemos, volvamos la vista atrás para ver qué se hizo mal y cuales fueron los motivos de no haber despertado el interés de esa mayoría progresista a la que se dirigía.

Los descamisados

La imagen recoge a los sindicalistas D. José Ricardo Martínez y D. Cándido Méndez, en la manifestación del pasado día 19 de Febrero.  Seguramente el primero de ellos vendría de su lujosa vivienda unifamiliar en un vehículo de alta gama para manifestarse contra la reforma laboral, mientras el segundo seguramente terminaba de almorzar en “Zalacaín”, uno de los restaurantes preferidos por este representante de los trabajadores. Después, el Sr. Martínez, aprovechando la reforma contra la que terminaba de protestar, la aplicaría a los trabajadores de la UGT de Madrid, a quienes someterá a un ERE porque las subvenciones a los sindicatos se han visto reducidas.

Van descamisados movilizando masas en contra de un ajuste en el mercado laboral que resultaba imprescindible y que son los primeros en aplicar; condenan y vociferan contra la política educativa de Esperanza Aguirre, mientras sus hijos acuden a elitistas colegios privados, y llevan a cabo regulaciones de empleo en sus propias formaciones, antes de aquilatar a la realidad, el precio de la formación que se brinda a los trabajadores y que se somete a un escaso control por parte del Gobierno, que es quien la paga en su mayoría. Esto, como señalábamos el otro día, es un ejercicio de cinismo e hipocresía; de progresismo de salón y Visa platino; de impostura y de absoluta ausencia de principios. La solidaridad bien entendida, empieza por uno mismo, y los delegados sindicales son el mejor ejemplo de ello.

La piel que pago

A pesar de partir como la más nominada, con 16 candidaturas, y de la expectación que genera Almodóvar y su relación con la Academia, la recepción de «La piel que habito» fue más bien fría. Primero, porque de los 16 posibles sólo se llevó 4, y ninguno, excepto el de Elena Anaya a la mejor actriz, de los más importantes, como son mejor película y mejor director. Tampoco el cineasta era muy optimista en cuanto a su éxito en los Goya: «Esta noche está menos chupada que nunca», aseguró el director en la entrada. «Vengo preparado para no llevarme nada», añadió, aunque luego quitó hierro al asunto al bromear sobre la gala: «Vuelvo a la alfombra roja porque tengo muy claro que el verde no nos sentaba bien a ninguno». Así, todavía habrá que esperar para el gran año de Almodóvar en los Goya.

El párrafo anterior fue tomado de un diario de tirada nacional que comentaba la entrega de “los Goya”; en otra publicación se elogiaba la película de Almodóvar en detrimento de “No hay lugar para los malvados” que fue calificada de telefilm con pretensiones, mientras se tildaba de obra maestra la dirigida por el manchego.

La obra maestra de Almodóvar llevaba recaudados en Noviembre de 2.011 unos 20 millones de dólares, 6.3 de ellos en nuestro país, lo que suponía el 70% del coste de producción de la película.

Avatar, de James Cameron, recaudó en un plazo similar, 1.859 millones de dólares, convirtiéndose en la más taquillera de la historia, si bien actualizando los precios, supondría un módico vigésimo sexto lugar. La producción resultó rentable.

Puede que Avatar no sea una obra de arte, del mismo modo que Harry Potter, el Señor de los Anillos o la Guerra de las Galaxias, pero fueron producciones rentables para los inversores, que crearon puestos de trabajo y que ofrecieron un indudable espectáculo, además de ser entretenidas. No faltarán críticos de cine siberiano subtitulado que se escandalicen ante quienes gusten de este tipo de films, pero no cabe duda de que son los preferidos por una inmensa mayoría de la población que acude al cine, como lo demuestran las frías estadísticas.

En España subvencionamos el cine con los impuestos que pagamos todos nosotros, porque el interés que despiertan nuestras películas es tan escaso, que no cubre los gastos de producción, privilegio inadmisible de los cineastas. Si mi empresa tiene más gastos que ingresos, me veo abocado a su cierre, sin que el gobierno me inyecte unos millones de euros para evitarlo. La industria del cine es diferente y se beneficia del erario público para que sus trabajadores (y trabajadoras) nos enseñen la ceja en campaña electoral, luzcan el no a la guerra (a determinada guerra, claro) y desaparezcan, como por arte de magia, cuando se previó la catástrofe del PSOE el pasado Noviembre.

Un ejemplo a no seguir.

La red

Era el título de una película protagonizada por Sandra Bullock en aquellos años en que estaba muy atractiva y cuando los ordenadores funcionaban con pedales y los teléfonos móviles precisaban de un carrito para ser transportados. La protagonista sufrió el borrado de su identidad electrónica, con lo que tuvo más de un apuro para esclarecer la verdad de lo que le sucedía, que no era poco. Ahora, con unos “celulares” con más potencia que todos los ordenadores del proyecto Apolo que llevó al hombre a la luna, disfrutando de conexión permanente a internet, tanto en ordenadores fijos como en portátiles o en teléfonos móviles, nos hemos dedicado a sustituir las relaciones personales por las electrónicas, muy prácticas, pero desde luego, mucho más superficiales y menos humanas. Desvirtuar el significado de la palabra amigo para asimilarlo a un contacto en Facebook u otra red social supone una devaluación incalculable del término; los amigos son tan importantes, o más, que la familia; uno suele poder contar con los dedos de una mano quienes lo son, o fueron, de verdad, en su vida. Ahora, el vecino del tercero tiene tres mil cuatrocientos quince amigos en My Space y envidia al hermano de su novia que cuenta con más de siete mil en Facebook. Además de que puede uno encontrarse retratado en actitud poco honorable por menos de un duro, como sucedió a la madrileña que inspiró este texto.

Apuesto por las nuevas tecnologías que nos hacen la vida más fácil, defiendo la existencia de redes sociales con esa enorme ventaja de conectar personas distantes en el espacio, pero no en la red; sin embargo, permítaseme ser británico en ciertos gustos: Tras el trabajo, el mejor sitio para encontrar a un amigo es ante una copa de buen vino, o una cervecita para los sajones; cara a cara, intercambiando la información mediante un sistema biológico de audio que genera ondas sonoras por la vibración de ciertas estructuras. Se llama hablar, y desgraciadamente, está cayendo en desuso.

La supervivencia

Dª Pilar Sánchez Acera disputará al Sr. Gómez el liderazgo de los socialistas madrileños, mientras el exalcalde de Parla sufre sus horas bajas, tras su alineación inequívoca con la Sra. Chacón. Es bueno conocer la historia para tratar de no cometer los mismos errores, algo que no casa excesivamente bien con los políticos. Después del desastre electoral tras el atentado de Madrid, surgieron voces discrepantes en el seno del Partido Popular, se cuestionó la autoridad de D, Mariano, el gallego, y desde el PSOE contemplaron como la oposición estaba más ocupada en mover sillas, que en cumplir su deber político de controlar al gobierno. Se criticó la ausencia de democracia interna de los populares y D. José Luis, el del talante, eligió después digitalmente a Alfredo pe punto, que terminó viéndoselas con Dª Carmen en una suerte de primarias peculiares, pues el voto, en vez de salir de las bases, surge de los delegados, quienes también controlan sus propios intereses, además de los del pueblo al que representan. Tanto unos como otros dejan bastante que desear en cuanto a un proceso democrático para escoger a sus líderes o para elaborar las listas; desde este espacio hemos defendido siempre que fuesen abiertas, lo que no conviene a ninguno de los políticos profesionales a quienes tantos desvelos ocasiona nuestro bienestar. Pero el caso es que ahora son los socialistas quienes andan a dentellada limpia para coger posiciones en un futuro político a medio plazo. Quien propuso que los cargos de responsabilidad pública se limitasen a dos legislaturas, acierta plenamente, porque lo que debería preocupar a nuestros representantes es precisamente eso, luchar por los intereses de todos desde sus respectivas formaciones y no hacer de tal actividad un lucrativo medio de vida. Siete años después, asistimos al mismo espectáculo que dieron los populares, pero entre los progresistas. Lo triste es que no se trata de una cuestión de principios, sino de una lucha por la supervivencia.

Los parias de la tierra

En este espacio dedicamos más de una crítica a Dª Leire Pajín y Dª Bibiana Aído cuando tenían la costumbre de cantar la Internacional, puño izquierdo en alto y pañuelo rojo al cuello en Rodiezmo, en aquellos lejanos tiempos en los que D. José Luis estaba de moda. Luego pasó algo la cosa de ir a León y poco a poco se diluyeron los cánticos y las promesas electoralistas ante el previsible advenimiento de la catástrofe que sucedió después. Ahora el sindicalista de lujo, consejero de Bankia, poseedor de una magnífica vivienda unifamiliar tasada a tres mil trescientos euros el metro cuadrado, padre de unos chiquillos alumnos de uno de los colegios más elitistas de la capital y conductor habitual de vehículos altos de gama, puede volver a entonar la canción reivindicativa de los desfavorecidos, supongo que de los desfavorecidos como él, claro. D. José Luis predicó la austeridad entre sus altos cargos, pero debió constituir solamente una declaración de intenciones, a tenor de lo que vino después, y hasta el Sr. Gómez, molesto donde los haya para el expresidente, descansaba diariamente en un magnífico chalet toledano, que ni siquiera era vecino de la capital o del pueblo donde ejercía de alcalde. El PSOE necesita una profunda catarsis, en la línea que señalaba Guerra, hace ya mucho tiempo, pero los servidores públicos, en general, también precisan un profundo filtrado para eliminar favoritismos y corruptelas, que existen en todas las formaciones. Andalucía no huele bien, y el Sr. Pepiño dijo eso de que facilitar gestiones en el Tribunal Supremo no tenía importancia, sobre todo siendo ministro, hechos que dicen poco de quienes se dedican a perseguir la corrupción allí donde aparece, aunque todo esto, como siempre, sea otra historia.

La “caja” sindical

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró ayer que la asignación de 180.000 euros anuales que recibe el secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, como miembro del consejo de administración de Bankia va «íntegramente» a la caja del sindicato, por lo que «no procede» hablar de un dilema moral”.

Dedicaremos unos días a la terminología progresista, tan sustancialmente diferente del léxico que utilizamos los demás mortales. Cuando la “caja” la hace un empresario, su contenido se tiñe con el sudor y la sangre de los pobres asalariados, explotados sistemáticamente por el patrono; sin embargo, la caja de los sindicatos es de resistencia, el fondo común que se utiliza para que los obreros pudiesen alimentar a sus familias durante los períodos de huelga. Lo malo es que ya no hay huelgas que pagar. El concepto del sindicalismo actual queda anclado en la situación vivida un siglo atrás, y esa falta de adaptación a las circunstancias actuales, los convierte en anacrónicos, ineficaces y transforma a quienes debían defender las reivindicaciones de los trabajadores, en estómagos agradecidos, siempre más próximos a los políticos que a las bases.

Los millones de euros de sus “cajas”, la mayor parte de los cuales proceden de nuestros impuestos y solo en muy pequeña medida de las cuotas abonadas por sus afiliados, se utilizan en actividades tales como impartir formación, a través de empresas privadas de convenientes propietarios y con adecuados empleados para brindar ese servicio social, con controles mucho menos exhaustivos que los utilizados por la administración pública en sus conciertos con otras empresas. Probablemente sea desde los sindicatos, desde donde nazca, en buena medida, una razonable petición de control a la enseñanza en centros concertados, precisamente quienes no están sometidos a ninguno para sus curso de formación. Es otro modo de hablar con lengua de doble filo, y solo se me ocurre, así de momento, una clase de animales con tal cualidad anatómica: Las serpientes.

Cincuenta y nueve días

Es el tiempo que el Partido Socialista dio de margen al nuevo gobierno antes de movilizar a los sindicatos para que tomasen la calle con manifestaciones multitudinarias. Ni siquiera se alcanzaron los cien días de gracia. Menos de dos meses de maniobra para criticar una reforma laboral anunciada en el programa electoral de un partido que fue votado por once millones de españoles, entre quienes se encontraban, a buen seguro, numerosos votantes de la izquierda moderada y otros desencantados con el gobierno de un presidente que calificó de antipatriotas a quienes hablasen de crisis, para llevarnos a una cifra de cinco millones y medio de parados. Siete años, siete largos años, estuvieron los sindicatos en silencio, contemplando como las cifras de desempleados, o de gente que se había apuntado al desempleo, nunca se sabe, aumentaban escandalosamente, sin una sola protesta, porque se les inyectaron miles de millones de euros del erario público. Un país con una cuota de afiliación sindical inferior al diez por ciento, con imperiosa necesidad de financiar estas organizaciones en base a los impuestos de todos; un país con el despido más caro de Europa, con tantos liberados sindicales como Alemania y además, con cinco millones y medio de parados, no tiene otro remedio que llevar a cabo un ajuste profundo en el mercado laboral. Hipocresía política la del Sr. Rubalcaba, que aplaudió las reformas zapateriles por su necesidad, pero no concede los obligados cien días de gracia al actual gobierno, advirtiendo de movilizaciones, como los sindicalistas. El error está en tratar de ganar en la calle lo que se perdió en las urnas; los votantes decidieron un cambio de gobierno que cuando menos, merece el beneficio de la duda.

La izquierda de D. José Ricardo Martínez

La fotografía superior muestra a un líder de izquierdas, tanto socialista como de UGT, durante un mitin, en el que llegó a afirmar que el Sr. Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, debería irse a su casa por decencia. También hemos publicado en este espacio una imagen en la que se le veía participar en una manifestación contra Dª Esperanza Aguirre, por una educación pública de todos y para todos; actualmente sonó su nombre como alternativa a D. Tomás Gómez, pero se retiró prudentemente por el foro, lo que parece lógico siguiendo su trayectoria personal, bastante alejada de su predicamento como político.

Efectivamente, este señor se embolsa anualmente unos doscientos mil euros al año, es decir, más de treinta millones de las antiguas pesetas o, lo que es lo mismo, dos millones y medio mensuales, algo al alcance de muy pocos privilegiados en este país. Después lleva a sus hijos a uno de los colegios privados más elitistas de la capital, lo que le resta fuerza ética para convencernos a los demás de todas las bondades de un sistema educativo público que no quiere para su propia familia. Lo mismo que criticar la reforma laboral a quien le importa un comino lo que venga, a la luz de unos astronómicos ingresos por pertenecer a un Consejo de Administración de esas “empresas” representativas de los “mercados” contra los que vocea en los mitines.

Curiosa manera de entender la defensa de los trabajadores desde la izquierda y desde los sindicatos. Desde luego, es más llevadero el chalet toledano de D. Tomás Gómez, que dejó la alcaldía de Parla para hacerse responsable del PSM viviendo… fuera de la comunidad, pero eso, es otra historia.


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