La comisión de la verdad

El parecido con las propuestas venezolanas acerca peligrosamente a la dictadura bolivariana los postulados del Sr. Sánchez, despertando nuevamente un guerracivilismo enterrado por políticos de mucha más talla que el madrileño diletante. Recuerdan los tiempos de la república, un régimen que, lejos de ser paradigma de prudencia y libertad, convirtió a quienes nada ganaron en las urnas, en asesinos de quienes opinaban de forma diferente a su pensamiento políticamente correcto. ¿Incluiremos al Sr. Carrillo y la truculenta historia de Paracuellos en la comisión de referencia, o se tratará de una forma grosera para reescribir una historia que conocen pocos e interesa aún menos?

Quien suscribe contaba quince años de edad cuando murió el dictador, en la cama de un hospital, sin que González, Carrillo o cualquier político opositor hubiesen osado turbar la paz franquista o la vida de regalo de numerosos adictos al régimen; no puedo dejar de sorprenderme con el valor demostrado por el actual gobierno socialista desenterrando la momia del inefable gallego cuarenta y tres años después de su muerte, y menos aún afirmando, como hizo la señora vicepresidenta, la premura en realizar esta simbólico acto. Se conoce que los quince mil seiscientos noventa y cinco días discurridos desde el óbito fueron solo un período de reflexión necesaria ante una decisión de tal calibre. Después, el mérito de D. Pedro, consiste en haber conseguido llevar a D. Francisco a la portada de la prensa nacional, obviando el paro, la inmigración, el independentismo catalán o la ralentización propia de los gobiernos progresistas en el crecimiento de la economía española como principales temas de actualidad. De momento, el parecido con los postulados venezolanos y guerracivilistas, me preocupa por la salud democrática de nuestro país. Tiempo al tiempo.