Archivo de abril 2013

Una condena insuficiente

El torero Ortega Cano ha sido condenado a dos años y seis meses de prisión por homicidio imprudente, no habiéndose considerado en la sentencia, la alcoholemia, por entenderse que había sido rota la cadena de custodia de la prueba.

Uno no tiene conocimientos exceisvos de leyes, sin embargo lo evidente es que no conoce a nadie que moje los labios en cava. O se bebe, o no se bebe. Y después de haber ingerido bebidas espirituosas, la alcoholemia puede estar dentro de los márgenes de la ley, o fuera de ellos, eso es todo. Varias personas, que desconocían la indentidad del conductor, denunciaron antes del accidente, la forma irregular y temeraria de conducción que realizaba el torero, que se saldaría finalmente con un muerto. El Sr. Parra tuvo muy mala suerte: No disponía de un vehículo con los mecanismos de seguridad que ofrecía el Mercedes de D. José Ortega; además era de gama sensiblemente inferior y finalmente, circulaba por su derecha en el momento en el que otro usuario invadía su espacio, ocasionándole la muerte. Por mucho dolor que diga sentir el autor de este desaguisado, él sigue entre nosotros, teniendo hijos y disfrutando de la familia, mientras desea que nos espere mucho tiempo la víctima de su imprudencia antes de reunirmos con él. Pero lo imperdonable es que, por muchas manifestaciones del interesado o de sus abogados, por mucho que se cuestione la custodia de la muestra, conducía ebrio. Y borracho ocasionó una muearte, algo que merece más pena que la impuesta al mediático personaje.

Bergen

Bergen ofrece al turista unos otoños e inviernos pésimos, fríos y húmedos, en los que el sol es visitante de excepción en la ciudad noruega. Sin embargo, durante los veranos, un clima más amable llena las calles, plazas y el popular mercado, de turistas, mientras el viejo barrio de casas de madera con tejados a dos aguas, típico de la «Hansa» luce con un atractivo especial. En los restaurantes próximos al puerto se sirve ballena, cocinada de diferentes formas, siendo Noruega uno de los pocos países en los que aún se permite la captura y comercialización de este cetáceo. Otra alternativa, también dentro de la carne, es la de reno, muy frecuente por tales latitudes, incluso más de la cuenta, perturbando la marcha normal de los vehículos en las carreteras, donde al parecer, las reses tienen preferencia. Disfrutar de una cerveza junto al mar puede resultar significativamente más caro que de una estupenda pitanza en un restaurante de lujo en los que, como en todo el país, lo que se grava con muy elevados impuestos, es el alcohol. Bergen ofrece historia y cultura al foráneo, y aunque este no es espacio que pretenda pormenorizar en estos particulares, el museo dedicado a reproducir la vida durante el tiempo en que la ciudad comerciaba dentro de la liga Hanseática, merece ser visitado. Subiendo en un teleférico próximo a la estación, se alcanza una espectacular vista de la ciudad, puerto incluido, en el que recalan no pocos cruceros, además de la línea regular que recorre los fiordos desde Oslo hasta proximidades de Cabo Norte. Merece la pena conocerla. Recuerdo además, que en Bergen fui feliz.

Bildu

Bildu ha prohibido en las casetas de las fiestas de Rentería «la homofobia, el racismo y el españolismo». Curioso. Bildu es la heredera de una formación política cuyo ideólogo principal, Sabino Arana, era un fascista que despreciaba al resto de los españoles, calificándolos de maquetos, y entendiendo que carecían de los rasgos propios y positivos de la raza vasca; los separatistas, la izquierda abertzale e incluso el propio PNV, defienden en sus tesis la superirodida de la raza. Mal hace Bildu en prohibir algo que forma parte de su propio ideario. Después compara la homofobia con el españolismo, no menos llamativo que lo anterior. El Sr. Arana era homófobo y no toleraba la homosexualidad, a la que consideraba una desviación inaceptable. Bildu llega más lejos y entiende que el rechazo a la homosexualidad es comparable a ser o sentirse español, algo que no se entiende muy bien porque equivaldría a afirmar, por ejemplo, que todos los irlandeses, por el mero hecho de sentirlo, son homófobos. La izquierda autodefinida abertzale, no es más que una organización terrorista que justifica el tiro en la nuca a quienes profesen ideas diferentes a las establecidas por ellos mismos como políticamente correctas, o a quienes entienden la democracia de forma diferente a la de sostener una pistola en la mano y una carperuza en la cabeza. Para sus defensores, partidarios y militantes, el Estado de Derecho tiene un lugar específico. La cárcel.

Cuestión de imagen.

Nuestras protagonistas de la entrada de hoy lo son por algo especial y alejado de su intensa actividad política o social: La indumentaria. Ada Colau, en la fotografía superior, lidera la plataforma de afectados por la hipoteca actualmente, es decir, cuando dichos afectados lo son bajo una administración del Partido Popular, toda vez que meintras se desahuciaba a las órdenes del leonés errante, la Sra. Colau andaba muy ocupada defendiendo los derechos de los presos etarras y otras lidezas de similar catadura.

Dª Encarna García, en la imagen inferior, coordina una Asociación contra el Acoso Escolar y si se fijan un poco, las líneas generales de moda que ambas damas lucen, se asemeja bastante, «parka» incluida, como elemento imprescindible en la imagendel progresismo militante. Dª Encarna anda revolucionada con el lío este de la muchacha que parece haberse suicidado, pero se le olvida que los cosados, a día de hoy en la enseñanza, son los profesores, y los acosadores, los alumnos. Aunque resulta tráfgico que la presión de los compañeros sobre una chiquilla la lleve a quitarse la vida; aunque sea impresicindible buscar y encontrar a los culpables y exigirles las responsabilidades, no es menos cierto que una modificación sustancial en los planes de enseñanza, empezando por una adecuada educación en el hogar y la familia, seguido de una verdadera enseñanza de valores como el respecto, el esfuerzo y el sacrificio, evitarían todas estas situaciones en las que la permisividad da paso al libertinaje.

Mientras tanto, nuestras responsables lucen indumentaria al uso, uniforme imprescindible para reivindicar algo. Lo que sea. Los verdaderos progresistas no solo lo son, sino que lo parecen.

La democracia según Beiras

La imagen que ilustra nuestra entrada de hoy, recoge cuaro fotogramas de la agresión llevada a cabo por el Sr. Beiras al Presidente de la Xunta, durante un debate en el que salió a colación el asunto tenebroso de las relaciones mantenidas entre el político popular y un conocido narcotraficante. Cuando se dispararon las instantáneas en cuestión, el posteriormente implicado no era culpable ni imputado en nada, y el comercio con tabaco de contrabando en Galicia estaba a la orden del día. Las fechorías que cometiese después el traficante nada tienen que ver con el Sr. Núñez, que ya entonces, puso su puesto a disposición del partido. Diferente es el caso del Sr. Beiras, que golpeó la mesa, insultó, amenezó y abandonó la sala rezongando vocablos ininteligibles. Cuestra trabajo creer que esa es la forma del progresismo de mostrar su disconformidad, su desacuerdo. Las actitudes de líderes pseudoprogresistas se aproximadan cada vez más al totalitarismos, desde el momento en el que son ellos precisamente, quienes establecen las bases de lo políticamente correcto, generalmente con relación a un ideario tan utópico como trasnochado. A partir de ahí, el Sr. Beiras lucha por una Galicia aislada tanto en la lengua como en la geografía. La vestimenta y la ausencia absoluta de respeto por el mejor de los peores sistemas políticos que tenemos, esta democracia nuestra, es otro de los marchamos del galleguista, empecinado en pensar que lo fundamental son las diferencias propias de la idiosincrasia. Se equivoca: Siempre es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

 

Manuel Pastrana: Sindicalista al uso

Una prueba pericial aportada al Tribunal Superior de Justicia andaluz por los propios trabajadores de UGT-A revela que los miembros de la dirección sindical regional, compuesta por liberados que perciben su nómina de sus respectivas empresas o instituciones públicas de origen –en el caso de Pastrana, de la Diputación de Jaén-, perciben un complemento por actividad sindical, además del cobro de dietas, transporte y alojamiento. El secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, que el lunes anunció que no se presentará a la reelección como máximo responsable del sindicato andaluz dos días después de saltar el escándalo del uso que hizo de su Visa Oro en Sudáfrica, autorizó que su organización desembolsara 38 millones de las antiguas pesetas –228.384 euros- para adquirir una vivienda unifamiliar en el año 2000, dos años después de que accediera a su cargo, según informa ABC

Los sindicatos además de trasnochados, resultan corruptos, y financian caprichos, fechorías e inutilidades, a través de los presupuestos del Estado, y no de las cuotas de sus afiliados, que son ciertamente, muy pocos. La mina de oro de los cursos de formación es otra patente de corso a través de la que líderes y conspicuos sindicalistas administran empresas privadas que faciliten dicha formación a los trabajadores, con extraordinarios márgenes comerciales. Dinero público. Salen a la calle reclamando eneseñanza pública e igual para todos, pero el reciclaje necesario de los trabajadores se realiza exclusivamente a través de entidades privadas de las que algún sindicalista banquero obtiene los medios precisos para que sus retoños cursen estudios en uno de los centros privados más elitistas de la capital de España.

El fondo de reptiles salpica a demasiados persponajes públicos como para permitir que líderes del gobierno andaluz y de los sindicatos en esa región, continúen en sus respectivos puestos; mientras Chaves firmó la entrega de diez millones de euros a una empresa de la que su hija era apoderada, seguramente sin saberlo, Griñán no se enteraba del destino de millones de euros que la administración central concedió para los expedientes de regulación de empleo y el secretario general de UGT en Andalucía se hacía una vivienda unifamiliar financiada por la organización, algo que es incompatible con seguir administrando los dineros públicos, en este caso del Estado u ocupando puestos de responsabilidad institucional alguna.

El alemán de Baviera

Sebastian Vettel protagonizó este fin de semana una curiosa escena en el Gran Premio de Bahrein de Fórmula 1. Al ser entrevistado por Josep Lluis Merlo, periodista de TV3, el piloto de Red Bull contestó de forma irónica a una de sus preguntas. «Supongo que eres español», le comentó. «No, disculpa, soy catalán», le dijo Merlo, a lo que Vettel, en tono de mofa, le replica «ya claro, es muy diferente, como ser un alemán de Baviera«.

El campeón del mundo de Fórmula uno, el que suele fastidiar las alegrías a nuestro asturiano más rápido en esto de las carreras, resolvió de modo tan simple como eficaz, la estupidez de un periodista catalán. Como tntas otras veces, el problema no reside en la defensa de una identidad propia, sino en negar la condición de español, como si de un estigma maldito se tratase. Por Europa, que se andan con menos zarandajas que el gallego impasible, se resuelven las cosas con la discreta ironía del piloto alemán o con la actitud indiferente del Parlamento Europeo hacia Artur Mas, en una suerte de fracaso diplomático que añade a la abultada maleta del Honorable. Hollande no va a conceder un estatuto de autonomía al país vasco frances, que comparte división política con los gascones; y le importa un rábano que los bretones llenen de pintadas independentistas algunos de los parajes más atractivos de una región hermosa por naturaleza. Vettel respondió al periodista con prontitud y acierto, e ironizo un poco sobre la condición nacionalista del entrevistador. El tal Josep Lluis, José Luis en nuestro castellano oficial, tal vez se vio obligado a responder de tal modo al campeón, porque en caso contrario, el reconocimiento de la españolidad podría haberle costado el puesto de trabajo, ya que los medios catalanes, además de buenos, han de ser necesariamente independentistas en la línea política de Arturo el solitario en esa Europa que cada día le vuelve más la espalda.

 

Los números

D. José Luis, el del talante, se ha comprado una vivienda unifamiliar en Madrid, al módico precio de ochocientos mil euros, unos ciento treinta y tres millones de las antiguas pesetas, y es algo que me parece muy bien. Un expresidente del gobierno no es cualquier cosa, y quien dirigiese, con más o menos acierto, los destinos de todos nosotros, merece un retiro y un alojamiento dignos del cargo ejercido.

El Sr. Zapatero, sin embargo, no ha puesto en venta su chalet de León, algo con lo que estoy completamente de acuerdo, especialmente, si tenemos en cuenta que corren malos momentos para deshacerse de este tipo de inmuebles, acertado pues nuevamente el leonés errante en su visión del mercado inmobiliario.

Lo que uno se pregunta es como teniendo un sueldo de poco más de cien mil euros año años en calidad de Presidente del Gobierno y habiendo permanecido siete años en la Moncloa, puede ahora permitirse el lujo de invertir casi un millón de euros en su vivienda de Madrid no desprendiéndose de la que dispone en León.

Cuestión de imagen

No extraña que el PSOE defienda el sistema electoralista venzolano, uno de los más fiables del mundo, y muchos de sus conspicuos se consideren fervientes antiimperialistas; menos raro aún me parece que Dª Elena Valenciano capitanee este tipo de reivindicaciones, porque entre los políticos españoles y los estadounidenses media una notable diferencia, al menos en la imagen. Precisamente, la entrada de hoy se ilustra con la que fue una de las mujeres más poderosas del mundo que, en comparación con nuestra notable Sra. Valenciano, muestra una sustancial diferencia. El político, como la mujer del César, no solo tiene que ser bueno, sino parecerlo, incluido en ello la oferta de un «look» propio del prestigio que supone el cargo público y del respeto que mrece su actuación en el mismo. Los descamisados, tras la moda iniciada por D. Felipe, el de los cien años de honradez, están ya dentro del grupo de Visa platino y «casual wear» de Armani, y eso casa mejor con adinerados pasajeros de yates en el Meditérráneo que con responsables de la vida y recursos públicos. En el fondo, todavía tenemos mucho que aprender de los americanos, esos que critica la familia Bardem justo antes de alquilar los servicios en uno de sus más prestigiosos hopsitales.

Alvite

«La campesina se volvía a casa, recogía la loza del desayuno y pensaba que en medio del espanto de la guerra ocurría a veces que se presentaba a cenar alguien como el muchacho de Michigan, aquel aviador que de regreso en América recordaría que Europa era un lugar antiguo, lento y hermoso en el que incluso la muerte tenía en los labios la sangre de un beso y el sabor de la vendimia«.

José Luis Alvite describió, como solo él sabe hacerlo, la Europa de mediados del pasado siglo, y teniendo en cuenta que no discurrió demasiado tiempo desde entonces. Muchos pueblos franceses conservan las cicatrices de esa guerra que no tuvo que ser, y en las áreas de mayor afluencia turística, resultan atracciones a los visitantes. En la silenciosa playa de Omaha, en los bloques oxidados de Arromanches, vive el recuerdo del piloto que olvidó a esa campesina, con la actualidad de un ayer más próximo. El postmoderno homenaje del cementerio americano a los caídos entonces, es un ejercicio de mal gusto que se empequeñece ante la sobrecogedora colección de cruces blancas, donde duermen los sueños y las posibilidades de todos esos jóvenes, caídos hace más de sesenta años por el absurdo de la guerra. No resta belleza a la vieja Europa, antigua, lenta y hermosa, que decía Alvite, pero deja en la boca, esta vez, el sabor amargo de lo que jamás debió haber sido.


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