Sumar y restar

Nada más fácil que sumar y restar, algo que le ha resultado imposible a la administración socialista zapateril, que publica puntualmente en la página web de la AEAT, la situación entre caótica y trágica que atraviesa nuestro estado de cuentas. El dinero público, que sí tiene dueño, es el resultado de la recaudación de impuestos, como el IVA, y de cotizaciones de trabajadores y empresarios; si aumenta el paro no es difícil entender que, a la vez que disminuyen los ingresos, aumentan los gastos por prestaciones, pero eso es algo que el leonés errante fue incapaz de asimilar. Al contrario, se dedicó a tomar medidas populistas, impropias del progresismo que decía caracterizar a su gobierno, como los tres mil euros por nacimiento, ante la sorpresa del Sr. Solbes y con la única finalidad de salir bien parecido en la foto de aquel debate sobre el estado de la nación. La crisis ayudó al resto, pero no amilanó al leonés errante, que siguió con su sarta de improvisaciones hasta que la fracasada Merkel le propinó un tiró de orejas. Cospedal ha encontrado un un formidable agujero en Castilla La Mancha y los medios no se hicieron eco de la circunstancia en su justa medida, porque la izquierda pseudoprogresista de chaquetilla y visa platino sigue manejando cono nadie la comunicación y la publicidad, con el consentimiento de una derecha que asume los calificativos de extrema o fascista con total naturalidad, por ese marchamo de lo políticamente correcto que ofrecen sus adversarios. En fin, mientras el país se desmorona, la crisis se paga por parte de los mismos, y los políticamente bien situados siguen manteniendo el silencio de los estómagos agradecidos. La deuda española no la quiere nadie, tiene un elevado interés y seguiremos a Grecia en la bancarrota, si no lo remedia nadie, pero eso importa muy poco a quien ha hecho el Agosto durante siete largos años. Las medidas futuras, tomadas por socialistas o populares, que tanto da, serán mucho más drásticas; lo malo no ha hecho más que empezar.