Los mediadores de pago (y caros)

1. Llamamos a ETA a hacer una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada y a que solicite el diálogo con los gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.
2. Si dicha declaración fuese realizada instamos a los gobiernos de España y Francia a darle la bienvenida y a aceptar iniciar conversaciones para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.
3. Instamos a que se  adopten pasos profundos para avanzar en la reconciliación, reconocer, compensar y asistir a todas las víctimas, reconocer el dolor causado y ayudar a sanar las heridas personales y sociales.
4. En nuestra experiencia de resolver conflictos hay a menudo otras cuestiones que, si son tratadas, pueden ayudar a tratar de alcanzar una paz duradera. Sugerimos que los actores no violentos y representantes políticos se reúnan y discutan cuestiones políticas, así como otras relacionadas con el respeto, con consulta a la ciudadanía, lo cual podría contribuir a nueva era sin conflicto. En nuestra experiencia, las terceras partes observadoras o facilitadoras ayudan al diálogo. Aquí el diálogo también podría ser asistido por facilitadores internacionales si así fuese decidido por las partes involucradas.
5. Estamos dispuestos a organizar un comité de seguimiento de estas recomendaciones.

 

Kofi Annan y el Sr. Adams, mejoraron su cuenta corriente personal a costa de la debilidad gubernamental española que permitió esa “internacionalización” del “conflicto” vasco, tal vez en una desesperada maniobra política que les permitiese dar un mínimo vuelco a la previsible hecatombe electoral del próximo veinte de Noviembre. O quizás, como acertadamente señaló siempre el Sr. Mayor Oreja, siguen escrupulosamente los pasos de una negociación previa pactada en las cloacas de la política, en busca de un final que equipare a las víctimas con los verdugos.

En primer lugar, en las provincias vascas no hay un “conflicto” sino una banda armada que asesina a quienes difieren de su opinión política o social, matando indiscriminadamente a jueces, policías o políticos.

En segundo lugar, ninguna administración seria de un país europeo, podría plantear reunión alguna con unos delincuentes, aunque la letra impresa lo soporte todo y en este país se haya convertido en noticia que el sitio de los terroristas sea la cárcel.

En tercer lugar, cuando se habla de “todas las víctimas” se vuelve a equiparar, de modo sibilino, a los asesinados con los asesinos. Los etarras encarcelados no son víctimas de nada ni de nadie, son simplemente, delincuentes que cumplen la pena impuesta por la sociedad, a través de las leyes promulgadas desde gobiernos democráticamente establecidos. Los extorsionados, heridos, mutilados; aquellos que han visto cercenada su libertad al no poder expresar sus ideas en una región sometida a la dictadura del miedo, son las víctimas vivas del totalitarismo independentista, que arrastra además, ese millar de muertos por las bombas y las pistolas de quienes dicen defender la “verdadera democracia”.

En cuarto lugar, no se puede hablar de política con quien impone a tiros las ideas, si es que las tienen. Estoy seguro de que la mayoría de los terroristas hace tiempo que ignoran cual es la causa de su lucha, convirtiéndose en fanáticos de intereses mucho más oscuros que las supuestas ideas de libertad e independencia.

Y, en quinto lugar, todos estos sesudos señores están dispuestos a llevar a cabo el seguimiento de lo que sea, pero, eso sí, cobrando, por supuesto.