No me caben dudas sobre el hecho incuestionable de que es una mujer hermosa. Muy hermosa. Pero poco atractiva desde mi punto de vista. Excesivamente delgada. Las imágenes hablan por sí solas, y aún tratándose de una modelo excepcionalmente bella, no inspira a un varón como quien suscribe, ya entrado en años. Muy fría. Los modistos homosexuales hace ya años que pusieron de moda una mujer andrógina, casi flaca, que pasea una talla treinta y seis con metro ochenta de estatura por las pasarelas de medio mundo. Un grupo de profesionales obsesionadas con la dieta, el peso, y la talla de pantalón en la que se pueden embutir. En fin, uno modelo poco recomendable para seguirlo por parte de millones de jovencitas que tienen sus ídolos en el mundo de la moda. La conclusión no es compleja: El gusto de los varones por las señoras excesivamente delgadas ha sido impuesto desde el mundo gay que controla las tendencias. Cuando mi abuelo vivía en una palloza más allá de Somiedo, sin electricidad ni agua o aseo, las preocupaciones se centraban en poder alimentarse y el peso de cada uno venía impuesto por la escasez, entre otras cosas porque se ignoraba el significado de “cool”. Tenía razón Coco Chanel: Cuando se tiene todo lo necesario no hay nada más imprescindible que los superfluo.
Entradas Recientes
Posts Más Vistos
Top Clicks
- Ninguno
Únete a otros 27 suscriptores
Comentarios recientes