El Sr. Mas, que ha pasado a ser menos tras la debacle electoral, afirma que buscará acuerdos puntuales con ERC, verdadera ganadora de las pasadas elecciones en las que duplicó el número de parlamentarios. Ello coloca a CiU en posición difícil, pues no podemos olvidar que el suelo de su electorado se mantiene en base a ciudadanos más bien de derechas, que se acomodan en un hecho diferencial bastante más «light» que el de los chicos que queman banderas y se retratan con coronas de espinas. La deriva independentista de la izquierda republicana es sobradamente conocida y el convergente Arturo tendrá que asumir este principio tan inamovible como ilegal. Una Cataluña fuera de España carece de sentido y sería un país fantasma, aislado en una Europa que tiende a quitar fronteras, no a establecerlas. El presumible gobierno inestable del Sr. Mas debería dimitir nada más empezar y convocar unas nuevas elecciones, desaparecido el carismático líder que emocionó a muchos y pudo con pocos. Son las servidumbres de la política de alto nivel, claro.
Archivo de 30 de noviembre de 2012
Más madera
Published 30,noviembre,2012 Política Leave a CommentEtiquetas: Artur Mas, Cataluña, Independentismo
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