Ayer recordábamos como se lavaba la ropa en los años sesenta y setenta, con aquellos detergentes que solo quedan en el recuerdo de algunos e imágenes como las publicadas ahce veinticuatro horas. La misma nostalgia de entonces, me llevó a buscar entre fotografías de hace tiempo y localicé esta, de un lavadero camino de Saliencia. Está, obviamente, restaurado y se diferencia claramente la piedra de la pared con la utilizada para lavar la ropa. En aquellos años en que fue de utilidad, las preocupaciones se alejaban de la moda, de la cocina de autor y de los viajes transoceánicos: No pasar hambre era un objetivo vital. Como dijimos en este espacio, y va la tercera, cuando se tiene todo lo necesario, no hay nada más imprescindible que lo superfluo.
Las dos caras de la verdad 
Comentarios recientes